ENSEÑAR ......
Camino a su humilde casa con la tristeza pesandole en el corazón, un niño que apenas caminaba de su mano derecha y otro apóyado en su cintura de madre, rodeado con el brazo izquierdo. Esta jóven mujer, sin nadie mas k sus dos hijos en el mundo, vagaba por el pueblo para no estar encerrada én sus cúatro paredes, siempre pidiendo algo para comer o tomar.
Una buena mañana el sol bañaba las casas y los árboles, mirando para dentro de una gran quinta vio a una mujer ya entrada en años trabajando la tierra y sacando de ella frutos y vegetales coloridos. Los tres, los dos niños y su madre, pasaron mirandola por largo tiempo, la señora se conmovio y la invito a juntar frutos de su trabajo y alcanzarles y compartir. La mujer con una gran sonrrisa le agredecio mucho, alegre y contenta, olía los vegetales y frutos frescos y pensaba komo los cocinaría....
Asi comenzó un ritual, cada tres días la joven madre se paraba frente a la entrada de la quinta, la buena señora compartia sus frutos con los tres, los niños alegres y contentos de disfrutar las cosas ricas k la buena mujer les daba y la joven madre agradecia a Dios y a la buena señora, por haber encontrado la bondad. Asi paso casi un año, hasta que un buen día....
Como siempre la madre y los niños frente a la quinta esperando que la generocidad abra sus puertas y les regalen cosas ricas.... pero esta vez, la bolsa no tenía ni frutas, ni verduras... traía semillas de varios colores y tamaños, tallos con raíces, la mujer miró a los ojos de la madre,ésta,miro dentro de la bolsa y le dijo:
- k se supone que yo haga con ésto?
la vieja mujer le dijo: desde hoy no podré darte nada mas. Todas esas semillas las han dado los frutos q tu vez, tras, vez, te has llevado de aqui. Si quieres volver a disfrutarlos tendras k cultivarlos con tus propias manos.
La madre furiosa le gritaba, mientras la señora se perdía entre los choclos...
-pensé k era,una buena mujer, k Dios la bendecía, pero veo k es una mujer insensible, con el corazón como piedra cuanto tiempo tendré k esperar para k esto crezca (gritaba miéntras sacudia la bolsa k tenía las semillas)
ojalá le remuerda la conciencia y cada dia recuerde el hambre de mis hijos. No vendre nunca mas. afirno la mujer mientras, se iva furiosa, enojada y sacudiendo, medio arrasrrando a los niños...
Paso el invierno, la primavera, el verano, un año, casi dos y la joven madre escucho k aquella mala mujer, k la tiro a su suerte una vez con la bolsa de semillas estaba por morir... decidió ir a verla y decirle k no le guardaba ningún rencor por lo que había pasado. Tomo a sus niños ya fuerte como el roble y grandes y fue a verla.
Ya dentro de la casa, estaba todo el pueblo lloriqueando y diciendo lo buena vecina que había sido, amiga, madre, abuela y compañera, los tres alli muy kietos,y sin saber k hacer ya se retirraban cuando un hombre muy viejo se les acerco y les preguntó:
-usted es la joven madre k mi esposa me conto, seguro, ella le dió una bolsa con semillas a usted?
La madre asintió sin entender mucho
-ella me pidó k recogiera las mejores semillas para usted, me dijo que con sus manos les daria el fruto de su propio trabajo a sus hijos y que eso la dignificaria como madre y mujer. La admiro pork en realidad era mas facil venir cada día k cultivar su propia tierra.
La joven madre se fue y penso todas aquellas cosas horribles k le grito esa mañana, y se dió cuenta k la señora habia pensado, cada día en los hijos de esa mujer k sólo pedia, y de q ella pasara de ser una mendiga a una productora.
Entro a su casa, miro la tierra, estaba germinando, ¿su propia siembra?, se pregunto y a la vez se asombro.
Se largo a llorar abrazando a sus hijos. Levanto su rostro al cielo y dijo:
- gracias, sabia mujer por enseñarme tu oficio y compartir conmigo tu sabuduría
GRACIAS NUNCA TE OLVIDARE Y LE HABLARE A MIS HIJOS DE TI CADA DIA...
Moraleja.. no siempre la injusticia es tal.
Bendiciones aprendamos a plantar nuestra propia tierra y dejemos de esperar lo k los demás nos puedan dar.
Zulma Cordero
No hay comentarios:
Publicar un comentario